Ese hombre en casa de chapa
mira la luna redonda
en la ventana cuadrada.
Aprende sin saberlo
la geometría y la pintura,
la rotación de los astros
y el humor del clima.
En casa de chapa escucha ranas,
pájaros y truenos.
Ve el relámpago torcido
que divide el cielo.
Mezcla palabras
y mira el piso de tierra. Piensa.
Hace cuentas menores
y alisa la mesa. Silba.
En casa de chapa enciende el fuego
y toma la sopa.
No sabe que el silencio de la noche
lo pone melancólico.
Tampoco sabe que mañana
llevará el poema en el rostro.
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