viernes, 25 de septiembre de 2009

LA AÑERA de A.Yupanqui y Nabor Córdoba

Donde está mi corazón
que se fue tras la esperanza.
Tengo miedo que la noche
me deje también sin alma.

¿Dónde está la palomita
que al amanecer lloraba?
Se fue muy lejos dejando
sobre mi pecho sus lágrimas.

Cuando se abandona el pago
y se empieza a repechar.
Tira el caballo adelante
y el alma tira pa’atrás.

Yo tengo una pena antigua,
inútil mostrarla afuera.
Y como es pena que dura
yo la he llamado “la añera”

¿Dónde están las esperanzas,
dónde están las alegrías?
“La añera” es la pena buena
y es mi sola compañía.

La Raqueña

En mi pago de Raco
en el campo de la zanja
cuando se siembran penas
se cosecha la esperanza.

Cuando yo pase cerca
de tu ranchito, raqueña
aunque pase al galope
vidita 'i haceme seña.

Estribillo

En el corral de pirca
zumba mi lazo
asi me zumba el alma
vidita 'i cuando te abrazo.

Yo soy gaucho curtido
mato las penas cantando
igual que las charrascas
en el sunchal de mi campo.

Cuando voy a la loma
se me hace que subo al cielo
a buscar una estrella vidita 'i
para tu pelo.

Caminito Soleado de Alfredo Le Pera y Carlos Gardel

Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
(canción)

Claro caminito criollo
florido y soleado,
con pañuelo bordeado
vos me viste pasar.
Mientras los pastos amigos
que saben mi anhelo,
como dulce consuelo,
su verde saludo
me hacían llegar.

Cruzando montes y valles,
con alas venía
mi pobre carreta,
con su carga de esperanzas
las ruedas le hacían
al viento gambetas.
Y cuando ya atravesaba
la hondura del valle
de lenta corriente,
una congoja naciente
detuvo su impulso
parando su andar,
porque en ese arroyito
a veces tus ojos
se saben mirar.

Y así que vi su casita
de puro celoso
me sobró el pampero
para contarle chismoso
que traigo en mi apero
mil prendas de amor.
Para su pelo una cinta
que llevo escondida
de lindo color.
Para sus labios mi antojo
y para sus ojos
un claro cristal,
y pa' su blanca garganta
el criollo que canta
tiene este cantar.

Claro caminito criollo
florido y soleado,
yo quiero que se asombre
cuando ella me nombre
al verme llegar.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El último café (tango) de H. Stamponi y Cátulo Castillo

El último café
Música: Héctor Stamponi
Letra: Cátulo Castillo

Llega tu recuerdo en torbellino,
vuelve en el otoño a atardecer
miro la garúa, y mientras miro,
gira la cuchara de café.

Del último café
que tus labios con frío,
pidieron esa vez
con la voz de un suspiro.

Recuerdo tu desdén,
te evoco sin razón,
te escucho sin que estés.
"Lo nuestro terminó",
dijiste en un adiós
de azúcar y de hiel...

¡Lo mismo que el café,
que el amor, que el olvido!
Que el vértigo final
de un rencor sin porqué...

Y allí, con tu impiedad,
me vi morir de pie,
medí tu vanidad
y entonces comprendí mi soledad
sin para qué...

Llovía y te ofrecí, ¡el último café!

Cuando crezcas...por Pablo Neruda

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

Escoge antes el morir por Sor Juana Inés de la Cruz

Miró Celia una rosa que en el prado
ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;
y dijo: "Goza, sin temor del Hado,
el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado;

y aunque llega la muerte presurosa
y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza:

mira que la experiencia te aconseja
que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja."

miércoles, 16 de septiembre de 2009

CHACARERA DEL RANCHO de los Hermanos Abalos

Letra y Música de los Hermanos Ábalos

I
Cuando chacareras comienzo a cantar
¿cuál ha de ser, cuál ha de ser?
La chacarera del rancho señor
claro que sí, claro sí pues.
Cerca de mi rancho colgado un horcón
tengo un violín, tengo un violín
es de algarrobo también de mistol
hecho por mí, hecho por mí.
Algo medio chico es mi rancho tal vez
para los dos, para los dos
ya me estoy haciendo cerquita 'el Salao
uno mejor uno mejor.
Estribillo:
Cuando chacareras comienzo a cantar
¿cuál ha de ser, cuál ha de ser?
La chacarera del rancho señor
claro que sí, claro sí pues.
II
Yo le'i hecho al rancho un alero especial
para bailar, para cantar
para darme el gusto y allí vidalear
de navidad a carnaval.
Un hornito i'barro mortero y fogón
tengo además, tengo además
y a mi negra chura que sabe matear
para qué más, para qué más.
Si alguna huahuita pudiera tener
uy! qué feliz, uy! qué feliz
pero como dicen que Dios proveerá
ya ha de venir, ya ha de venir.

Estribillo:
Cuando chacareras comienzo a cantar
¿cuál ha de ser, cuál ha de ser?
La chacarera del rancho señor
claro que sí, claro sí pues.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

El arte de bendecir por Pierre Pradervand

El Simple Arte de Bendecir

Al despertar, bendice tu jornada, porque está ya desbordando una abundancia de bienes que tus bendiciones harán aparecer. Porque bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte integrante de la trama misma del universo. Ese bien lo único que espera es una señal tuya para poder manifestarse.

Al cruzarte con la gente por la calle, el auto, en tu lugar de trabajo, bendice a todos. La paz de tu bendición será la compañera de su camino, y el aura de su discreto perfume será una luz en su itinerario. Bendice a los que te encuentres, derrama tu bendición sobre su salud, su trabajo, su alegría, su relación con Dios, con ellos mismos y con los demás. Bendice a todos en todas las formas imaginables, porque esas bendiciones no sólo esparcen las semillas de la curación, sino que algún día brotarán como otras tantas flores de gozo en los espacios áridos de tu propia vida.

Bendice tu ciudad, tus gobernantes y a todos como los educadores, enfermeras, barrenderos, sacerdotes y prostitutas. Cuando alguien te muestre la menor agresividad, cólera o falta de bondad, responde con una bendición silenciosa. Bendice totalmente, sinceramente, gozosamente, porque esas bendiciones son un escudo que los protege de la ignorancia de sus maldades, y cambia de rumbo la flecha que te han disparado.

Bendecir significa desear y querer incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado –para los demás y para los acontecimientos de la vida- haciéndolo aflorar de las fuentes mas profundas y más íntimas de tu ser. Esto significa venerar y considerar con total admiración lo que es siempre un don del Creador, sean cuales fueren las apariencias. Quien sea afectado por tu bendición es un ser privilegiado, consagrado, entero. Bendecir, significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en él con profundo reconocimiento. Significa también llamar a la felicidad para que venga a él.

Bendecir significa reconocer una belleza omnipresente, oculta a los ojos materiales. Es activar la ley universal de la atracción que, desde el fondo del universo, traerá a vuestra vida exactamente lo que necesitas en el momento presente para crecer, avanzar y llenar tu vida de gozo.

Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. Mantén en ti ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior y como una perpetua plegaria silenciosa, porque de este modo serás de esas personas que son artesanos de la paz , y un día descubrirás por todas partes el rostro mismo de Dios.

Y por encima de todo, no te olvides de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor, que eres tú mismo.