Todo apego y obsesión por algo o por alguien te hace infeliz, convéncete, te hace infeliz. Porque "pretender" un apego sin infelicidad es algo así como buscar agua que no sea húmeda. Jamás alguien ha encontrado la fórmula para conservar los objetos de los propios apegos sin lucha, sin preocupación, sin temor y sin caer, tarde o temprano, derrotado.
Anthony de Mello en "Una llamada al amor".
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