Señor, ten piedad de mí.
Ten piedad y perdóname por mi pereza,
que no me deja asumir mis responsabilidades para transformar el mundo
y trabajar para tu Reino.
y trabajar para tu Reino.
Ten piedad y perdóname por las veces que he discriminado a otros o los he juzgado,
aún sin darme cuenta, como consecuencia de los lugares comunes, de los prejuicios
culturales, de mi falta de caridad.
aún sin darme cuenta, como consecuencia de los lugares comunes, de los prejuicios
culturales, de mi falta de caridad.
Ten piedad y perdóname por las veces que me he sentido solo y desamparado,
cuando Tú estabas ahí y con solo pedirlo recibiría tu consuelo.
cuando Tú estabas ahí y con solo pedirlo recibiría tu consuelo.
Ten piedad y perdóname por las veces que he buscado en las cosas materiales
el consuelo de mis frustraciones.
el consuelo de mis frustraciones.
Ten piedad y perdóname por las veces en que dejé que mis instintos
sobrepasaran mi caridad,
y por las veces que me dejé arrastrar por ellos, olvidando que el Espíritu vivifica.
sobrepasaran mi caridad,
y por las veces que me dejé arrastrar por ellos, olvidando que el Espíritu vivifica.
Ten piedad y perdóname cuando desatendí mis obligaciones de estado.
Ten piedad y perdóname por mi soberbia
y por las veces en que intenté vanagloriarme frente a mis hermanos
y mostrarme sabio e inteligente,
sin que mi intención fuera enseñar con caridad,
sino enaltecerme egoístamente.
y por las veces en que intenté vanagloriarme frente a mis hermanos
y mostrarme sabio e inteligente,
sin que mi intención fuera enseñar con caridad,
sino enaltecerme egoístamente.
Ten piedad y perdóname cuando no tuve paciencia con los equivocados.
Ten piedad y perdóname por las veces cuando tosudamente he sostenido
cosas que están equivocadas, por el solo hecho de afirmar mi ego.
cosas que están equivocadas, por el solo hecho de afirmar mi ego.
Ten piedad y perdóname por las veces en que no he dicho la verdad,
y también, por las veces en que la he dicho cruelmente,
sin tener en cuenta la caridad, y la delicadeza del corazón ajeno.
y también, por las veces en que la he dicho cruelmente,
sin tener en cuenta la caridad, y la delicadeza del corazón ajeno.
Jesús, ten piedad y perdóname, porque Señor, ¿a quien iremos?
Solo Tú, tienes palabras de Vida Eterna.
Solo Tú, tienes palabras de Vida Eterna.
Amén.