martes, 28 de febrero de 2012
Bendición de San Francisco de Asís
"El Señor te bendiga y te guarde,
te muestre su faz y tenga piedad de ti.
Vuelva a ti su rostro y te dé la paz.
El Señor te bendiga"
miércoles, 15 de febrero de 2012
EL TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES (de autor desconocido, tomado de Google+)
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
- Espera un minuto - replicó Sócrates. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
- ¿Triple filtro?
- Correcto -continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo,
puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No - dijo el hombre -, realmente solo escuché sobre eso y...
- Bien -dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario...
- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de
que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, la verdad que no.
- Bien - concluyó Sócrates -, si lo que deseas decirme no es cierto, ni
bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
Usa este triple filtro cada vez que oigas comentarios sobre alguno de tus amigos cercanos y queridos...
FABULA DEL PELOTUDO (de autor desconocido, tomado de Facebook)
Se cuenta que en una ciudad del interior de Argentina, un grupo de personas se divertían con el pelotudo del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas.
Diariamente, algunos hombres llamaban al pelotudo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas:
una de tamaño grande de 50 centavos y otra de...... tamaño menor, pero de 1 peso.
Él siempre agarraba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
- Lo sé, no soy tan pelotudo..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece pelotudo, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos pelotudos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar
cortando tu fuente de ingresos
La cuarta: (pero la conclusión más interesante)
Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.
MORALEJA:
'El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser pelotudo delante de un pelotudo que aparenta ser inteligente'...
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