viernes, 28 de agosto de 2009

Oración al Angel de la Guarda (Himno de la Liturgia de las Horas)


Angel santo de la guarda,
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas,
ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mis oraciones
y cuentas todos mis pasos.

En las sombras de la noche,
me defiendes del demonio,
tendiendo sobre mi pecho
tus alas de nácar y oro.

Angel de Dios, que yo escuche
tu mensaje y que lo siga,
que vaya siempre contigo
hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.

En presencia de los ángeles,
suba al cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén.

Himno de la Liturgia de las Horas

jueves, 27 de agosto de 2009

Las últimas miradas por Enrique Anderson Imbert




El hombre mira a su alrededor. Entra en el baño. Se lava las manos. El jabón huele a violetas. Cuando ajusta la canilla, el agua sigue goteando. Se seca. Coloca la toalla en el lado izquierdo del toallero: el derecho es el de su mujer. Cierra la puerta del baño para no oír el goteo. Otra vez en el dormitorio. Se pone una camisa limpia: es de puño francés. Hay que buscar los gemelos. La pared está empapelada con dibujos de pastorcitas y pastorcitos. Algunas parejas desaparecen debajo de un cuadro que reproduce Los amantes de Picasso, pero más allá, donde el marco de la puerta corta un costado del papel, muchos pastorcitos se quedan solos, sin sus compañeras. Pasa al estudio. Se detiene ante el escritorio. Cada uno de los cajones de ese mueble grande como un edificio es una casa donde viven cosas. En una de esas cajas las cuchillas de la tijera deben de seguir odiándoles como siempre. Con la mano acaricia el lomo de sus libros. Un escarabajo que cayó de espaldas sobre el estante agita desesperadamente sus patitas. Lo endereza con un lápiz. Son las cuatro del la tarde. Pasa al vestíbulo. Las cortinas son rojas. En la parte donde les da el Sol, el rojo se suaviza en un rosado. Ya a punto de llegar a la puerta de salida se da vuelta. Mira a dos sillas enfrentadas que parecen estar discutiendo ¡todavía! Sale. Baja las escaleras. Cuenta quince escalones. ¿No eran catorce? Casi se vuelve para contarlos de nuevo pero ya no tiene importancia. Nada tiene importancia. Se cruza a la acera de enfrente y antes de dirigirse hacia la comisaría mira la ventana de su propio dormitorio. Allí dentro ha dejado a su mujer con un puñal clavado en el corazón.

lunes, 24 de agosto de 2009

PUERTO DE SANTA CRUZ por Horacio Guaraní


Puerto de Santa Cruz tan lejano y querido
Pedacito de frío, sol de mi corazón
Mi pequeña canción como un largo lamento
Palomita en el viento que llevará mi voz, mi voz,
Mi voz perdida en el adiós
adiós de amor, locura del ayer
Ayer de fuego bajo el caserón
El caserón refugio del amor
Amor de amar bajo la nieve gris
Y el gris del mar golpeando el ventanal
El ventanal donde tu boca azul,
Azul, azul tu boca junto al mar


Puerto de Santa Cruz
Pedacito de mi alma
Mi guitarra en el alba
Suele a veces llorar
Las gaviotas del mar
Si preguntan por ella
Dile que en una estrella
La volveré a encontrar
Y el mar, el mar de nuevo me dirá
Dirá tu voz perdida en el adiós
Adiós de amor locura del ayer
Ayer que vuelve con tu risa azul, azul
Azul tu boca junto al mar
Mirar caer la nieve, enloquecer
Enloquecer bajo aquel caserón
La nieve y tu, y tu viejo Santa Cruz
Puerto de Santa Cruz
Puerto de Santa Cruz

GUITARRA TRASNOCHADA (zamba) por Arsenio Aguirre


La noche me está envolviendo
con su lunita color de plata.
De lejos me trae el río
un rumor suave de agüita clara.

¡Qué noche, vieras qué noche!
La cordillera, toda nevada.
La luna se hace pedazos
sobre las cumbres de las montañas.

¡Ay!, guitarra trasnochada,
canta conmigo mis añoranzas.
Bis Contale cuánto la quiero,
a la que espera, mi enamorada.

Semilla, te has hecho árbol;
flores y nidos fueron tus ramas.
El tiempo quiso traerte
hasta mis manos hecha guitarra.

Amiga, mi leal amiga,
que con mi alma lloras o cantas.
La noche se está volviendo
puro recuerdo, pura nostalgia

YO NO CANTO POR VOS por Alfredo Zitarrosa

Yo no canto por vos
le canto a la zamba
y cantando así
cantá para mí, cantá para mí

Yo no canto por vos
le canto a la zamba
y dice al cantar
no te puedo olvidar no te puedo olvidar

ESTRIBILLO
Zambita cantá no la esperes más
tienes que pensar que si no volvió
es porque ya te olvidó
Perfumá esa flor
que se marchitó que se marchitó

Yo tuve un amor
lo dejé esperando
y cuando volví
no lo conocí no lo conocí

Dijo que tal vez
me estuviera amando
me miró y se fué
sin decir por qué sin decir por qué

ESTRIBILLO

viernes, 21 de agosto de 2009

Zamba de la Candelaria por Jaime Dávalos. Música de Eduardo Falú

Nacio esta zamba en la tarde
cerrando ya la oración
cuando la luna lloraba
astillas de plata, la muerte del sol.

La acunaron esos rios
que murmuran al pasar
y el viento de los inviernos
le dio la tristeza que la hace llorar.

Estribillo:
Cuando madure la noche
zumo de mi soledad
Se ha de alegrar el camino
zambita nochera, la candelaria.

Que se duerma la guitarra
hueca de voces que van
sacando a flor de tierra
recuerdos queridos que no volverán.

Zamba de la Candelaria
que cuando amanezca irá,
rejuntando estrellas altas
los ojos que me hacen a mi trasnochar.

CELOS DE MI GUITARRA por José Luis Perales

YO SÉ QUE TIENES CELOS DE MI GUITARRA
YO SÉ QUE LLORAN TUS OJOS
CUANDO ME VES ABRAZARLA... SI
YO SÉ QUE TIENES NIÑA HERIDA EL ALMA.


YO SÉ QUE POR LAS NOCHES CUANDO TE MARCHAS
CRUZAS LLORANDO MI PATIO
COMO UNA LUZ QUE SE APAGA... SI
YO SÉ QUE TIENES NIÑA HERIDA EL ALMA.


YO SÉ MUY BIEN
QUE TE HAS SENTIDO FELIZ
SENTADA JUNTO A MI HOGUERA
DEJANDO TU PRIMAVERA PASAR


Y SÉ TAMBIÉN
LO MUCHO QUE ME HAS QUERIDO
Y ALGUNA VEZ HE SENTIDO
DOLOR.


YO SÉ QUE TIENES CELOS DE MI GUITARRA
YO SÉ QUE TIEMBLAN TUS MANOS
CUANDO ME VES ABRAZARLA... SI
YO SÉ QUE TIENES NIÑA HERIDA EL ALMA.


NO PUEDE SER,
MI ADOLESCENCIA PASÓ
DORMIDA ESTÁ COMO UN NIÑO
ENTRE UNOS LIBROS QUE NUNCA APRENDÍ.


RECUÉRDAME
Y VIVE TUS QUINCE AÑOS
YO TE PROMETO SOÑARLOS,
ADIÓS.

Y TE VAS por José Luis Perales

Yo te di, te di mi sonrisa,
mis horas de amor,
mis días de sol,
mi cielo de abril.

Te di mi calor, mi flor.
Te di mi dolor.
Te di mi verdad, mi yo.
Te di lo que fui.

Te ofrecí, la piel de mis manos,
mi tiempo mejor,
mi humilde rincón,
mis noches sin ti,
mi vida y mi libertad
y un poco de amor.
Lo poco que fui mi amor,
lo poco que fui.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Yo te di, la luz de mis ojos,
mis horas de miel,
mi llanto de hiel,
mi respiración,
la luz de mi amanecer,
mi leña y mi hogar,
el canto de mi gorrión
y un poco de paz.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

SI por José Luis Perales

Ya se que no hay amor sin soledad,
que a veces las palabras se terminan,
que a veces es preciso una mentira,
que a veces hay pereza en nuestras manos.

Si, ya se que estás cansada de escuchar
al viento que al pasar por tu ventana
te dice que vendré quizá mañana
y miras de reojo hacia la calle.

Si, si, si
Te quiero con el corazón.
Tu serás para mí, yo tu amor.

Si, ya se que el tiempo es algo que se va,
que no lo para el llanto ni la risa,
que vale más la luz de una caricia
que la esperanza lenta de unos besos.

Si, ya se que estás cansada de esperar.
Ya se que han florecido tus mejillas.
Ya se que estás amándome a escondidas.
ya se que estás mujer, enamorada.

Si, si, si
Te quiero con el corazón.
Tu serás para mí, yo tu amor.

Si, si, si
Te quiero con el corazón.
Tu serás para mí, yo tu amor

QUISIERA DECIR TU NOMBRE por José Luis Perales

Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.
Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.

Quisiera contarte
que tengo abierta una herida
que todo el tiempo y la vida
nunca lograron cerrarme.

Quisiera contarte
que tengo llanto en la risa
que estoy muriendo de prisa
entre la tarde y la noche.

Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.
Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.
Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.

Quisiera contarte
que están mis noches vacías
que solo tengo alegría
cuando recuerdo tu nombre.

Quisiera contarte
que está mi casa vacía
que está acabando mi vida
que está llegando la noche.

Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.
Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.
Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.

Quisiera contarte
que ha sido largo el camino
que se ha burlado el destino
de mis proyectos de entonces.

Quisiera contarte
que no hay amor en mi vida
que solo tengo alegría
cuando recuerdo tu nombre.

Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre.
Quisiera decir, quisiera decir,
quisiera decir tu nombre

TE QUIERO por José Luis Perales



Cada vez que te beso me sabe a poco.
Cada vez que te tengo me vuelvo loco.
Y cada vez, cuando te miro, cada vez,
encuentro una razón para seguir viviendo.
Y cada vez, cuando te miro, cada vez,
es como descubrir el universo.

Te quiero, te quiero
y eres el centro de mi corazón.
Te quiero, te quiero
como la tierra al sol.

Cada vez que la noche llega a tu pelo
de cada estrella blanca yo siento celos.
Y cada vez, cuando amanece, cada vez,
me siento un poco más, de tu mirada preso.
Y cada vez, entre tus brazos, cada vez,
despierta una canción y nace un beso.

Te quiero, te quiero
y eres el centro de mi corazón.
Te quiero, te quiero
como la tierra al sol.

Te quiero, te quiero
y eres el centro de mi corazón.
Te quiero, te quiero
como la tierra al sol.

lunes, 3 de agosto de 2009

No te rindas por Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.